La actriz explica divertida que ha llegado a tener que pedir gafas prestadas para leer algo si no llevaba encima las propias.
Belén Rueda (Madrid, 1965) recordará siempre el día en que empezó a ver la vida de otro modo. Aunque el tiempo parece atravesarla más lentamente que los demás, la edad se cobra sus deudas y en los últimos años, la vista comenzó a cansársele hasta el punto de tener que pedir prestadas las gafas de cualquiera para poder leer un guion. El doctor Jaime Javaloy, de Clínica Baviera y artífice de su nueva felicidad, explica el porqué: “Llega un momento en que perdemos la capacidad de enfoque y ocurre sí o sí a partir de los 45 o 50 años. El cristalino pierde flexibilidad y nos convertimos en dependientes de las gafas de cerca”. El láser o la lente intraocular son las soluciones para la presbicia.
Belén decidió operarse y quiere contarnos lo feliz que se siente. Tiene más motivos, desde luego: tras El silencio de la ciudad blanca llegó La familia perfecta y la serie El grito de las mariposas (en Star +). Ahora está a punto de estrenar Fenómenas (Netflix) mientras ve orgullosa cómo su hija mayor sigue sus pasos.
Es la protagonista de 'Fenómenas', de próximo estreno en Netflix.
¿Cuándo comenzaste a notar problemas de visión?
Es progresivo. A mí me gusta estudiar de noche, es el momento más calmado de la vida, y me fui dando cuenta de que tenía que poner cada vez más almohadones para estar más lejos del guion hasta que el cuello no daba para más. Y entonces me puse gafas y…
Bueno, en algunas profesiones estás sentado en una mesa y puedes tenerlas al lado pero en esta, en que rodamos en distintas localizaciones, me las iba dejando por todas partes. Imagínate que en un rodaje hay un cambio en la secuencia, te alargan el guion y como el camerino suele estar lejos, digo “Eh, porfa, déjame tus gafas”. Y me responden qué cuanto tengo y yo digo que no importa, que me las prestes que tengo que leer (risas). Así que me operé. Mira que antes oías bulos de todo tipo, como que no podías conducir de noche y que hace unos años la presbicia no era operable… Esa misma tarde ya pude leer un guion.
¿Entonces ha significado un verdadero cambio?
Bueno, ¡que con 57 me siento como si tuviese 20!
Con el Dr. Jaime Javaloy, de Clínica Baviera.
Y es que el tiempo pasa más lento a través de Belén Rueda. ¿Cuál es el secreto? Dame tres pilares.
No, no, eso no es verdad, eso solo se ve desde fuera (risas). Para la piel, es muy importante la constancia: por tarde que llegue de un rodaje, me desmaquillo, me pongo mis cremas… La constancia, un consejo de mi madre. En cuanto a la alimentación, desde pequeña he tenido muy presente qué cosas son sanas y cuáles no, con lo que estas no me gustan demasiado, salvo los dulces, que son mi perdición. Y ejercicio: de niña hacía ballet, así que tengo el deporte muy incorporado; es mi yoga y me ayuda a soltar energía, que tengo mucha. Y, desde luego, creo que tiene que ver con la actitud.
Mi profesión me lleva a trabajar con gente muy joven, con mucha energía y que te contagian de ella. Durante un tiempo he estado con gente más mayor, por las razones que sean, y también he comprobado el efecto contrario: debes ponerte a su ritmo y esa energía disminuye. En cambio, trabajando, puedo pasarme 12 horas rodando y al llegar a casa claro que estás cansada pero mientras ruedas, no lo notas. Mira, en mi casa comemos al estilo japonés, en una mesa bajita. Yo estoy bien, hice ballet de pequeña, luego mucho deporte… Pero un día les dije a mis hijas que deberíamos ir cambiando porque si un día invito a alguien de mi edad, no lo puedo poner en el suelo (risas).
Uno de esos posibles invitados, mayor que tú, es Emilio Gutiérrez Caba, con quien has rodado Fenómenas, la nueva película de Netflix. Cuéntame quién es el equipo Hepta.
Ha sido toda una experiencia. La historia está basada en hechos reales y hemos podido conocer a las mujeres en quienes nos inspiramos: tienen de 80 para arriba y eran energía pura aunque… En fin, coincide que este verano falleció Paloma Navarrete, a quien interpreta Toni Acosta. Mi personaje es Soledad Blanco Soler, que también ha participado a veces con Iker Jiménez. ¿La relación con Emilio? Maravillosa. Trabajé hace unos años con su hermana Julia, que era mi madre en Los Serrano. Son una familia a la que adoro, historia viva.
Con Jose Coronado en la presentación de 'La familia perfecta'.
Hablando de familia, tu hija mayor, Belén, quería dedicarse a la interpretación y ya ha hecho algunas cosas, pero resulta que se ha asociado con Nuria Tomás en la agencia de comunicación Apolox. ¿Cómo es eso?
Ha aparecido en Velvet, hizo La valla, ha estado en la cuarta temporada de Madres… Pero que siempre hemos sido muy pesados diciéndole que debía tener un plan B.
¿Cómo se vive desde ese lado cuando te ves en una revista acompañada por un señor que no se dedica al espectáculo? ¿Te enfadas, lo aceptas resignada o ya ni le das importancia?
Mira que llevo años en esto y me sigue sorprendiendo. La primera sensación es como un pellizco. Alguien me dice “te he visto en una revista” y yo creo que se trata de que estoy de promoción: “Ah, por tal película, ¿no?”. Y no, con fulano. “¿Eh, pero cómo, dónde?”. No lo recibo bien pero cada vez el cabreo me dura menos.
Has participado en El grito de las mariposas, serie que trata sobre la violencia contra las mujeres en tiempos del dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo. ¿Es un plus participar en proyectos que contribuyen a visibilizar un problema tan mayúsculo como los crímenes machistas.
Proyectos así te ponen al día que cosas que no conocías en profundidad: el 24 de noviembre es el Día Internacional de la no violencia contra las mujeres y en esta película contamos por qué, a partir de la matanza de aquellas tres hermanas por el régimen de Trujillo. El cine te da posibilidades no solo de aprender sino también de zambullirte en historias interesantísimas, como la princesa de Éboli, una mujer muy adelantada a su tiempo.
Como sor Juana Inés de la Cruz, con quien te unes en el festival Hispanidad de la Comunidad de Madrid este próximo mes de octubre.
De nuevo ha sido la oportunidad para descubrir a un personaje increíble: esta señora se metió monja porque quería dedicarse a escribir, era feminista y liberal y pensó que en el convento la dejarían en paz. Si lees entre líneas más allá de la censura, casi es como una mujer actual defendiendo a la mujer actual. Algo así me ocurrió cuando Magüi Mira y Jesús Cimarro me ofrecieron hacer Penélope en el festival de Teatro Clásico de Mérida. Siempre se habla de Ulises pero no de la señora que se espera 20 años esperándole; y no está simplemente en el sofá: hombres pretendiendo robarle el trono, gobernar a través de otros hombres para hacer lo que ella quería… No debemos hacer resúmenes pobres de toda una vida.
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