Los libros en poing - La Crónica del Quindí­o - Noticias Quindí­o, Colombia y el mundo

2022-10-08 17:41:59 By : Mr. James Pan

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En la segunda semana escolar de primer grado vio llegar a su nieto otra vez con dos libros de cuentos que debía escucharlos con la lectura de alguno de sus padres. Se enteró que el colegio Phorms München tiene por política auspiciar la lectura de los estudiantes y, al tiempo, agregó Rusbel Caminante, permite la integración entre padres e hijos. Recordó que la lectura además de educativa, es una actividad social que Alemania fomenta; así la vivió en la biblioteca ambulante de Poing. Se trata de una gran caseta con libros donados por sus habitantes, quienes pueden llevárselos o devolverlos. Este día, Rusbel Caminante observó a un señor que escogió cinco libros, los depositó en la canastilla de su bicicleta y partió. Pensó que posiblemente este señor olvidó sus gafas deportivas sobre los libros del cuarto estante.

Poing es una ciudad con construcciones modernas, lo observó Rusbel Caminante en el paseo guiado por su nieto. Los bloques de apartamentos, los edificios de oficinas, supermercados, almacenes, empresas comerciales y financieras, iglesias y fábricas comparten multitud de árboles que hacen parecer a la ciudad como una bonita comunidad rural. Los múltiples senderos cubiertos de fina piedra juegan con el césped y los diferentes parques permiten que los niños se diviertan y aprendan a realizar prácticas físicas y deportivas. Cada cierto número de metros existen bancas donde los padres o, generalmente abuelos, observan los chiquilines y en las mesas, construidas también en madera, Rusbel Caminante compartió almuerzos campestres con su familia. 

¿Por recomendación de Felipe, su nieto, Rusbel Caminante leyó que Poing, en poco tiempo, pasó de pueblo a ser la segunda ciudad más grande del distrito de Ebersberg, estado de Múnich. Con alrededor de 17.000 habitantes, Rusbel Caminante la asimiló con Filandia, Quindío, pero no por sus antecedentes. Efectivamente, Poing tiene más de mil años referenciados en documentos; sin embargo, restos arqueológicos datan de 1.300 años a.C., cuando estas tierras fueron pobladas y, con el paso del tiempo, por los romanos. Los restos de un horno en tierra, guardado como reliquia, cuentan que aquí existieron asentamientos que trabajaban la tierra y granjas fortificadas que también sirvieron como ruta comercial y militar desde el año 15 a. C., hasta finales del siglo V. 

Rusbel Caminante se enteró que el nombre de Poing varió en diferentes épocas hasta definitivamente quedarse la ciudad con dicho nombre desde 1813. Varios datos de Poing los encontró en la biblioteca municipal, detrás de la caseta donde se depositan y llevan libros. Era el tercer día que asistía a mirar la colección de libros, con la inútil búsqueda de alguno escrito por García Márquez; sin embargo, ojeó una versión inglesa de las obras completas de William Shakespeare. Su nieto con su madre espera este fin de semana entregar varios para mantener viva la idea de la caseta con los libros que viajan entre manos. Antes de salir, Rusbel Caminante miró hacia el cuarto estante y, sobre los libros, vio de nuevo las gafas deportivas olvidadas. 

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