Pues bien, para aprender a jugar al póker como todo un experto, es necesario dedicar tiempo a la práctica, pero sobre todo, al estudio, especialmente de las estrategias como “blufear”, ejecutar una buena mano en el “pre-flop”, jugar lento o rápido, y defender la posición en la mesa.

Por supuesto, ante tanto por hacer puede resultar difícil saber por dónde empezar, la buena noticia es que sólo se necesita seguir algunos pasos básicos para mejorar significativamente en el póker y convertir las victorias en algo cotidiano.

La probabilidad matemática es la base fundamental de la estrategia básica en el póker. Los jugadores profesionales conocen de antemano la probabilidad de ocurrencia de las principales manos ganadoras y aplican este conocimiento para subir la apuesta, retirarse, o mantenerse en la mesa.

Además del porcentaje de las cartas, es necesario calcular la relación entre apuesta y bote apostado. Por ejemplo, si se aumenta la apuesta en $100 para un bote de $10, se esta pagando una relación de 10:1 para obtener el bote, en ese caso, es necesario analizar bien la fuerza de nuestra mano para ver si se justifica realizar dicha apuesta.

Por supuesto, no hay una forma de predecir cuál será la próxima carta dispuesta sobre la mesa de póker, pero el conocer las probabilidades ciertamente otorga una ventaja, imposible de alcanzar, si se juega ignorando el componente matemático.

El flop es la fase de repartición antes del descubrimiento de las cartas comunitarias y el postflop es la etapa donde conocemos dichas cartas y empezamos a construir una mano para luchar por el bote.

La posición y la correcta jugada de las cartas ocultas son fundamentales en el pre-flop. Mientras que, la cantidad apostada, la lectura de la mesa, y la creación de las posibles manos son los principales elementos para un post-flop exitoso.

La correcta lectura del movimiento de los rivales es una de las mejores habilidades que puede llegar a tener un jugador de póker.

En las mesas, la personalidad y habilidad de los usuarios determinan en gran medida el estilo de juego. Sin embargo, todo jugador puede clasificarse de acuerdo con un estilo predeterminado, siendo los predominantes:

También es importante leer las expresiones de los oponentes y evitar que lean las nuestras. Ese es el motivo por el que casi todos los jugadores de poker utilizan gafas oscuras y gorras, aún cuándo haga mucho calor dentro del casino.

Un bluff o farol es una estrategia consistente en actuar como si se tuviese una mano más fuerte de la que realmente se posee, con el objetivo de intimidar al rival.

Para realizar un farol se debe tener en cuenta la mano propia, las cartas comunitarias, y la posible mano del oponente. Tenga en consideración que de nada sirve blufear si se ignora los movimientos del rival. 

Una vez se tenga dominada la estrategia el bluf, el siguiente paso es ejecutar el semibluff. En este caso, el objetivo es permitir que se vean más cartas comunitarias a medida que se aumenta el valor del bote, buscando conectar exitosamente una mano fuerte.

Una de las características de los mejores jugadores profesionales de póker es que no cuentan con un estilo único de juego, por el contrario, dominan con suficiente solvencia diferentes tácticas y las emplean de acuerdo con sus necesidades en la mesa.

Justamente, el uso de un enfoque variado es la clave para tener un estilo de juego realmente impredecible. Y aún hay más, si se ejecuta efectivamente la aplicación de diferentes estrategias, los rivales quedarán suficientemente confundidos para no saber lo que en realidad sucede y posiblemente empezarán a cometer errores.

Finalmente, uno de los secretos más importantes para ser un jugador de póker habilidoso es no dejar a un lado el entretenimiento y emoción brindados por este magnífico juego. Por supuesto, no hay que dejar de lado la estrategia, pero esta no sirve de nada, cuando sólo se busca obtener victorias y no se disfruta del momento.