El proyecto de confianza

2022-10-16 23:49:23 By : Ms. xie yun

Una biografía rescata del olvido a la actriz que encarnaba a la señorona bobalicona de las películas de los Hermanos Marx. Viuda de un rico heredero, su complicidad con Groucho fue enorme.

Antes de que Jack Lemmon entregara el Oscar honorifico en 1974 a Groucho Marx, el protagonista de El apartamento (1960) comentó: "Los hermanos Marx fueron tan revolucionarios en la comedia como Karl Marx lo fue en la filosofía y la política". Acertó de pleno. Apareció Groucho y la ovación del público del Dorothy Chandler Pavilion fue épica. Era el único sobreviviente de los hermanos Marx y Margaret Dumont.

¿No les suena? Ella fue el objeto continuo de las bromas de Groucho, la señorona viuda, ricachona y algo bobalicona que se embelesada ante la verborrea ininteligible del sempiterno vividor con gafas de montura redonda, bigotón, cejas anchas y un puro siempre amarrado.

Aunque en un principio Dumont tuvo que satisfacer los deseos de su madre por ser cantante de ópera cosechando cierto éxito en infinidad de teatros americanos y europeos, su destino cambió completamente cuando conoció a uno de los solteros de oro de Nueva York, John Moller Jr. Como heredero de una vasta fortuna proveniente del refinamiento de azúcar, retiró a Margaret del ámbito del espectáculo para que participara en otro igual de falaz, el de señora de la alta sociedad.

Con los dos millones de dólares que había heredado su esposo vivieron un cuento en el circuito de la edad dorada en la que los Astor, los Morgan y los Vanderbilt manejaban el cotarro. Su eje vertebral eran las grandilocuentes fiestas en las no menos despampanantes mansiones de la Quinta Avenida. No en vano, la casa familiar de los Moller acabó por alquilarla Cornelius Vanderbilt II.

De repente, aquel sueño se rompió. Moller falleció de forma inesperada en 1918. No tuvieron descendencia. Tampoco volvió a casarse. Prefirió dedicarse en cuerpo y alma a un oficio que le había reportado una satisfacción plena. Margaret podía haber seguido ejerciendo de señora rica, pero buscó consuelo en la actuación. Como el destino es caprichoso, perpetuó su perfil de millonaria en las siete películas que rodó con los hermanos Marx (Groucho, Harpo, Chico y Zeppo), con una imagen naif, de porte distinguido y algo tontorrona. La complicidad entre Margaret y Groucho fue de tal calibre que tras el estreno de Los cuatro cocos (1929), El conflicto de los Marx (1930), Sopa de ganso (1933), Una noche en la ópera (1935), Un día en las carreras (1937), Una tarde en el circo (1939) y Tienda de locos (1941), la audiencia pensó que estaban casados en la vida real.

La maquinaria publicitaria orquestada durante la época dorada no desmintió aquella creencia y los protagonistas esquivaban a las cotillas Hedda Hopper y Louella Parsons porque su privacidad era sagrada.

Se perpetuó el rumor de que la actriz no llegaba a entender los chistes, a veces hirientes, de un ingenioso Groucho que en más de una ocasión se saltaba el guion porque su capacidad de improvisación era asombrosa. Aquello enloquecía a los directores, pero sabían que gustaba. Antológicas fueron algunas de sus frases: "¿Quiere casarse conmigo? ¿Es usted rica? Conteste primero a la segunda pregunta". También ciertos diálogos crueles:

-Groucho: "No es que me importe, pero ¿dónde está su marido?

-G.: Seguro que usa eso como excusa.

-M.: Estuve con él hasta el final.

-G.: No me extraña que falleciera.

-M.: Lo sostuve entre mis brazos y lo besé.

-G.: ¡Entonces fue un asesinato!

Se rumoreaba que la actriz no entendía las gracias de su compañero, una situación que el propio Groucho se encargó de perpetuar hasta aquella noche en la que recibió la estatuilla dorada: "Ojalá Margaret Dumont estuviera aquí, era una mujer dura para mí, a pesar de que no entendiera ninguna de mis bromas". Sin embargo, aquella leyenda pareció desvanecerse cuando en 1992 una sobrina de Margaret encontró en un baúl cartas suficientes que demostraban que no solo se adoraban, sino que mantuvieron un diálogo de docto contenido.

Pero hay que remontarse a una entrevista que Margaret Dumont concedió en 1942, donde puso todos los puntos a las íes: "No soy una marioneta. Me considero una mujer resiliente. Jugar a ser de esta manera es un arte. Tienes que elevar a tu hombre, pero nunca superarlo y nunca arrebatarle las risas". Aquellas palabras cayeron en saco roto porque interesaba más mercantilizar la relación entre el parásito gorrón y la ricachona atolondrada.

Margaret Dumont falleció en 1965 a los 83 años. Aquel día se descubrió su verdadera edad porque siempre se había quitado diez años. Desde entonces, su nombre cayó en una especie de olvido porque tras las comedias de los Marx hizo una treintena de películas en las que prácticamente pasó desapercibida. Con motivo de los 140 años de su nacimiento y, sobre todo, porque no había ningún estudio sobre su persona, el próximo mes de diciembre se publicará su primera biografía, Straight Lady: The Life and Times of Margaret Dumont, 'The Fifh Marx Brother'.

Groucho Marx falleció en 1977 a los 86 a causa de una neumonía. Tuvo tres esposas mucho más jóvenes que él. No se olviden. Groucho dejó una retahíla de citas ingeniosas perfectamente aplicables a la vida mundana. Tomen nota: "Es mejor estar callado y parecer tonto que hablar y despejar las dudas definitivamente".

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Los cuatro hermanos Marx, que en realidad fueron cinco... aunque uno de ellos nunca aparecío en las películas.... Así Que la Dumónt sería el sexto hermano...:-)